Capítulos:

1. ¿Cómo afecta la temperatura a nuestro cuerpo?
2. ¿Por qué cuesta trabajo dormir con calor?
3. Consejos para conseguir dormir durante una ola de calor
   
   

Aunque nos abrigarnos mucho, da igual si es invierno o verano, el cuerpo necesita enfriarse para dormir bien y las olas de calor le dificultan esta tarea. Dormir con calor suele ser más complicado que con frío y en este artículo te explicamos por qué. ¡Toma nota!

¿Cómo afecta la temperatura a nuestro cuerpo?

La temperatura es un elemento clave en las reacciones químicas y en nuestro cuerpo ocurren millones de reacciones químicas al minuto en cada órgano.

No debemos olvidar que somos una especie animal que ha evolucionado rigiéndose por el entorno natural 🌳 y las fluctuaciones del mismo. Cada día, al aire libre ocurren fluctuaciones de luz y temperatura a las que hemos ido adaptando nuestros ritmos biológicos para funcionar.

La luz es un factor muy evidente, ya que somos una especie diurna que ha adaptado el tiempo de descanso y sueño 😴 a los periodos de nocturnidad. Pero con esos cambios de luz y ambientales también van de la mano cambios de temperatura en el ambiente que pueden influenciar nuestras funciones orgánicas.

Para ello, nuestro cerebro cuenta con un termostato que tiene la capacidad de medir la temperatura de nuestro cuerpo y activar mecanismos fisiológicos para regularla. 

Este termostato se encuentra en el hipotálamo, una región del cerebro destinada a coordinar nuestro eje hormonal y regulación homeostática. En concreto, este termostato se encuentra en la región anterior del hipotálamo, en el área preóptica.

Recibe el nombre de centro termorregulador y tiene un valor medio de referencia que oscila entre los 36 y 37,5 ºC. Este rango es el que el cuerpo considera una temperatura normal. 

Esta temperatura no es la de nuestras extremidades, sino la del centro de nuestro cuerpo, la de dentro de nuestra cavidad torácica donde están trabajando nuestros órganos y funciones vitales. Además de la región intracraneal. 🧠

Como ves, todas las zonas del cuerpo que llevan a cabo funciones clave para nuestra supervivencia envían datos de temperatura al hipotálamo para que, en caso de subir o descender, que este emprenda acciones para regular de nuevo al rango normal.

Estas zonas no son las únicas que tienen receptores de temperatura, nuestras extremidades 💪🏽 y áreas periféricas también tienen receptores de calor y frío. De lo contrario no notaríamos frío al tocar un hielo. 🧊

Esta información también llega al centro termorregulador que comprende que las extremidades suelen estar a menos temperatura e integra esta información con la otra.

De esta forma cuando la temperatura exterior desciende mucho, los detectores de temperatura periféricos ya van avisando para que se activen mecanismos de termogénesis. Es decir, mecanismos fisiológicos corporales que tienen capacidad de generar calor. El más extremo sería el tiriteo; 🥶 esa contracción muscular abrupta es capaz de generar calor.

Lo mismo ocurre cuando tenemos una temperatura demasiado elevada, podemos activar mecanismos de sudoración 🥵 para perder temperatura con la pérdida de agua corporal y así refrescarnos.

Aunque los mecanismos más efectivos suelen ser los conductuales: aquellos que elegimos voluntariamente como hidratarnos, arroparnos, refrescarnos con agua o en el caso de fiebres, tomar medicamentos antitérmicos.

¿Por qué cuesta trabajo dormir con calor?

Como veíamos en el apartado anterior, la especie humana se adaptó a los ritmos naturales de luz y temperatura. 🌡️ Tratándose de una especie diurna que duerme en los periodos de nocturnidad, el primer detalle que debemos subrayar es que la falta de luz solar conlleva un descenso en las temperaturas. Dependiendo de la latitud o área geográfica en la que vivas, las fluctuaciones de temperatura entre el día y la noche serán mayores o menores, pero es común el hecho de que las noches son más frías.

Esto ha hecho que a lo largo de la evolución se constituya un descenso en las temperaturas como una señal de inducción del sueño. 

Es por esto que, a pesar de que culturalmente tenemos asociado el abrigarnos con el descanso, 😪 realmente el cuerpo necesita enfriarse moderadamente para descansar e inducir el sueño.

Consejos para conseguir dormir durante una ola de calor

Actividad física diaria

A veces con las olas de calor estamos más letárgicos. Pero aprovechar las primeras y últimas horas del día para pasear puede ser muy beneficioso para promover un mejor descanso. 🛌🏻

Alinearnos con la luz solar

Una de las señales que ayudan al cerebro a saber cuándo dormir 😴 es estar alineado con los ritmos de luz. Esto implica que esos paseos a primera y última hora cuando no hace tanto calor, también servirán para que nuestro cerebro reciba los primeros y últimos rayos de luz del día.

Adiós a las pantallas azules

Al menos una hora antes de dormir 🥱 es importante alejarnos de las pantallas con luz azul. Estas van a interferir en el proceso de secreción de melatonina, una hormona que se produce en oscuridad e induce la sedación.

Alejar la cena del descanso

En verano como tenemos más horas de luz es habitual que alarguemos aún más las horas del día a las que comemos. Esto puede derivar en irnos a la cama justo después de cenar, lo que dificultará ese proceso de enfriamiento corporal para ayudar a tu hijo a conciliar el sueño.

Fibras naturales

El lino y el algodón son tejidos frescos que dejan pasar la temperatura presentándose como una alternativa fresca para la ropa de cama. 🛏️

Ritual antes de dormir

Dormir con calor es un fastidio, pero si además no tenemos un buen ritual pre-cama que nos ayude a desconectar del día, nuestro cerebro puede quedar tan agitado que no nos dejará descansar. La oscuridad, las luces cálidas y tenues y distracciones como la lectura o la radio son las mejores actividades para poder conciliar mejor y más rápido. Si quieres ayudar a tus hijos existen muchos audiolibros para niños que pueden escuchar o libros infantiles con los que pueden aprender a para leer antes de dormir.

Así que ya sabes, si te cuesta dormir con calor, te aconsejamos que tomes nota de estas ideas y las pongas a prueba. Quizás no te duermas de inmediato, pero seguro que conseguen facilitarte la tarea. ¡Ánimo y... que descanses!