En las entrevistas de GoStudent hablamos con gente real sobre experiencias reales. En esta ocasión hemos contado con Miriam Alba, historiadora que actualmente es doctoranda y trabaja como investigadora en el CSIC, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Ella nos ha hablado, por supuesto, de su profesión pero también de su formación académica y nos ha dado algunos consejos para aquellas personas interesadas en seguir sus pasos. ¡De lo más interesante!
¿Qué es el CSIC? Sabemos que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, pero ¿qué es verdaderamente este organismo?
La verdad es que yo antes de entrar en el CSIC tenía la misma pregunta, porque siempre es algo que leemos y ahora a raíz de la pandemia lo vemos en televisión todo el tiempo. Vemos a personas que trabajan en el CSIC, que dan recomendaciones o que son especialistas y me pasaba lo mismo.
Al final es un organismo nacional en el que tienen cabida todas las investigaciones que se desarrollan en España. Se divide en una serie de centros e institutos, desde Biología, Matemáticas… En mi caso, yo estoy en el Instituto de Historia. Es un organismo dedicado casi en exclusividad a la investigación. Cuando estamos fuera de investigación cuesta imaginar lo que es, pero al final es donde se desarrollan distintas investigaciones, estudios… A todos los niveles. Y eso tiene más o menos sentido. Es difícil de explicar.
¿Cómo llegaste hasta ahí? ¿Cuál ha sido tu trayectoria para acabar como doctoranda del CSIC?
Estudié en la Universidad de Alicante y ahí realicé mi Licenciatura en Historia, fui la última de licenciatura, eso más o menos indica mi edad (risas), y después de eso hice el Máster en Arqueología y un máster en la Universidad de Alicante. A raíz de eso empecé en una beca que hay en museos en Alicante y entonces tomé contacto con uno de mis profesores que luego se convirtió en mi director. Él me dijo que habían salido estos contratos asociados al CSIC y me preguntó si quería hacer el doctorado (en este caso del CSIC) en una dirección combinada entre él y otra directora que sí trabaja en el CSIC. Surgió de una forma espontánea y yo no estuve contemplando en un primer lugar trabajar en esta institución, pero la verdad es que estoy súper agradecida de haber tenido la oportunidad y de que él me haya acercado a este mundo. Esa fue mi experiencia en este caso.
Y ahora que estás dentro de esta institución y este sistema de trabajo, ¿cómo es tu día a día dentro?
He de decir que ha cambiado mucho con la pandemia. Estuvimos en casa mucho tiempo y yo ya estoy teletrabajando, pero como entiendo que esto volverá en algún momento a la normalidad, voy a contarte cómo era un poco mi trabajo prepandemia en el CSIC, es más interesante.
Por ejemplo, en el centro donde yo trabajo, los predoctorales, todas las personas que estamos haciendo la tesis doctoral, suelen estar en salas comunes. Eso es muy interesante porque te permite conocer otras investigaciones que se están llevando a cabo en el CSIC. Más o menos es gente de la misma edad, entonces es bastante guay. He de decir que al final haces amigos y entonces teníamos ciertos rituales de quedar, tomarnos un café, comer juntos… Y esa parte me parece muy importante de señalar porque por lo general la investigación es muy solitaria.
Luego gran parte de mi día era estar leyendo o redactando informes en caso de que fuese necesario. La burocracia es muy dura y hay muchas horas dedicadas a ella, pero básicamente es leer y si tenía trabajo de laboratorio, que en mi caso era estudiar piezas o trabajar con piezas, hacer inventarios… Generalmente contábamos con alumnos de las universidades, solía ser por las tardes, nos reuníamos con ellos y trabajábamos en esa parte de laboratorio. Más o menos, eso sería un día normal en mi trabajo.
Quería pedirte que dieses un consejo, que te dirigieses a esos estudiantes que a lo mejor no tienen ese objetivo porque a lo mejor no lo tienen claro pero sí que tienen esa inquietud y esas ganas de acercarse al mundo de la investigación
En primer lugar, es muy importante trabajar muy duro e intentar obtener las mejores notas porque es cierto que es la vía más sencilla para conseguir un contrato para hacer la tesis doctoral. Al final, cuando una persona externa va a valorarte es lo único que puede ver de forma objetiva. Eso es muy importante, pero más allá de eso, yo diría que fuesen curiosos y que lo manifestaran, porque sobre todo en la universidad, yo creo que el cambio con respecto al instituto es que tú dejas de ser simplemente un estudiante individual y pasas a ser un sujeto activo en una clase.
Puedes tomar la opción de escuchar las clases e ir a hacer los exámenes y ya está, pero la universidad también es un centro de investigación y los mismos profesores aparte de las clases tienen otros proyectos. Entonces, si eres curioso y manifiestas interés y eres una persona activa y te muestras entusiasta, te van a dar muchísimas opciones. Vas a poder trabajar e iniciarte en la investigación a partir de esto.
En el caso de Historia, por ejemplo, trabajar en los laboratorios de Arqueología que tengan o si están trabajando en un proyecto nacional o europeo pueden incluirte. Yo diría sobre todo que manifiestes interés. Me parece muy importante para entrar dentro de las dinámicas de investigación. Es una oportunidad y los profesores lo agradecen. Porque al igual que a veces nosotros estamos en clase y estamos aburridos, para los profesores, si empatizamos un poco, dar la misma clase todos los días también puede resultar un poco tedioso. Si ven que a alguien les entusiasma algo relacionado con lo que están contando, enseguida te van a abrir las puertas. Estos serían mis consejos.
Nos quedamos con esas recomendaciones tan útiles y sobre todo realistas, que son de valorar. Y agradecemos a Miriam Alba todo su tiempo e implicación. ¡Esperamos que os haya encantado esta entrevista!