Capítulos:
- ¿Cuál es la causa de la dispraxia?
- ¿Cuáles son los síntomas de la dispraxia?
- ¿Cómo tratar la dispraxia?
¿Has notado que tu hijo o algún otro niño conocido tiene problemas para realizar ciertos movimientos? Atarse los cordones, cepillarse los dientes, jugar al balón… Si es así, puede que sufra dispraxia, un trastorno psicomotriz conocido popularmente como el síndrome del niño torpe. Hoy te contamos todo lo que debes saber sobre esta alteración.
Empecemos con la definición de la dispraxia. Se trata de un problema que se da en la infancia y que afecta a la capacidad motora de los niños. Los pequeños que la padecen realizan con lentitud, torpeza y dificultad aquellos movimientos que requieren la activación y coordinación de varios grupos musculares. Por ejemplo, abrocharse los zapatos, escribir, ✍️ peinarse, andar en bici…
¿Cuál es la causa de la dispraxia?
Este trastorno afecta a un 2-5% de los niños, y no está asociado a una capacidad intelectual disminuida. De hecho, estos niños suelen tener una inteligencia normal. Sin embargo, los expertos creen que la causa reside en una alteración en la fase de neurodesarrollo que provoca que algunas áreas del cerebro 🧠 no maduren del todo bien. Como resultado, el cerebro no envía correctamente los mensajes a los músculos, provocando problemas de movimiento y coordinación.
Aunque no se conocen con exactitud las causas de esta disfunción psicomotriz, los científicos determinan que puede estar relacionada con lesiones del feto: un parto prematuro o complicado, consumo de tabaco o alcohol por parte de la madre en el embarazo, algún traumatismo… Otro factor determinante pueden ser los antecedentes familiares.
¿Cuáles son los síntomas de la dispraxia?
Los primeros síntomas de la dispraxia pueden comenzar a observarse a partir del primer año de vida del niño, aunque las dificultades de aprendizaje y desarrollo empezarán a ser más evidentes una vez que cumpla los cinco años.
Los principales síntomas son la descoordinación, torpeza y lentitud al realizar actividades motoras ⚙️ que otros niños pueden llevar a cabo con total normalidad. También es frecuente que los niños que sufren dispraxia tengan dificultades a la hora de mantener ciertas posturas o realizar tareas que requieran de motricidad fina (movimientos asociados a las manos 🖖). Esto se puede observar cuando juegan con la plastilina, o con las construcciones, o cuando empiezan a colorear y dibujar.
No te preocupes si también observas que el niño tiene algunos comportamientos inmaduros o dificultades sociales; es otro de los efectos que pueden aparecer con este trastorno.
¿Cómo tratar la dispraxia?
El diagnóstico de la dispraxia 🔎 puede darse en los controles rutinarios con el pediatra, ya que se realizan pruebas específicas para descubrir este trastorno. Por lo general, el pronóstico suele ser bueno y la mayoría de niños que padecen esta disfunción no tienen problemas en la edad adulta para desarrollar una vida normal.
Hay varias disciplinas que toman parte en el tratamiento: fisioterapia en caso de existir trastornos motores (dispraxia motora), logopedia si hay trastornos del habla 💬 (dispraxia verbal) y neuropsicología si hay una dispraxia ideatoria (dificultad a la hora de planificar secuencias de tareas simples). Una terapia de psicología también puede ser de gran ayuda para ayudar al niño a entrenar sus habilidades sociales, que se pueden ver afectadas por la dispraxia.
Como padre, debes implicarte en el tratamiento e intentar complementarlo en la medida de lo posible, siempre con el asesoramiento de los expertos. ☝️ Tu apoyo es una pieza clave para conseguir que tu hijo mejore y su autoestima no se vea perjudicada. 🥰
Además, debes gestionar el problema a nivel educativo. Habla con los profesores de tu hijo y hazlos conocedores de la situación para que decidan si llevar a cabo un plan educativo individualizado que tenga en cuenta las dificultades del niño.