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Como cada tarde después del colegio, tu hijo se sienta en la mesa del salón o en el escritorio de su cuarto. Abre la mochila y saca el estuche, el libro y la libreta. Mira la agenda y se pone manos a la obra con sus deberes. Escribe la fecha y el título del primer ejercicio, busca entre las páginas para refrescar su memoria y comienza a contestar la primera pregunta. Sin embargo, no ha pasado ni un cuarto de hora y, cuando quieres darte cuenta, ya ha dejado de prestar atención a la tarea y se ha puesto a mirar a las musarañas. 🤦♂️
¡No desesperes! Esta situación es mucho más normal de lo que crees. A los niños, casi por naturaleza, les cuesta concentrarse. Lo que no significa que sea un problema sin solución. Ni mucho menos que no haya nada que se pueda hacer. Y es que, como padre, existen una serie de estrategias que puedes llevar a cabo si lo que quieres es que tu hijo mejore su capacidad de atención y concentración.
Niño distraído vs. niño con déficit de atención ⚡
Sí, los padres podéis hacer que vuestros hijos se concentren mejor. Siempre y cuando estemos hablando de niños que se distraen con facilidad y no de niños con problemas de atención; pues son cosas totalmente distintas y los estudiantes que sufren de déficit de atención deberán buscar ayuda en profesionales en la materia y no solo en sus familias.
El Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad, también conocido por sus siglas TDA/H, es una condición que afecta a una proporción mínima de niños (se calcula que a un 4%). Este se produce cuando el problema de concentración del niño es severo y, tras varios intentos de mejora, no cesa. Se trata de una disfunción en algunas áreas del cerebro y es por ello por lo que son los psiquiatras, neurólogos 🧠 y pediatras los encargados en diagnosticarlo mediante una serie de pruebas.
Sin embargo, puedes estar tranquilo. Lo más probable es que tu hijo no sufra de TDA/H; sino más bien que es un niño inquieto o nervioso, un muchacho despistado o soñador. Y en este caso hay mucho que puedes hacer sin salir de casa y sin tener que contar con médicos especialistas. ¡Te contamos cómo! 🚀
¡Atención, atención! ⚠️
Lo primero que debes tener en cuenta es que los niños no nacen aprendidos. En la escuela, los profesores están ahí para guiarlos pero en casa, obviamente, también debes estar a su lado por si necesitan de tu ayuda y por si puedes facilitarles, en la medida de lo posible, las cosas.
Es injusto pedirle a tu hijo que se concentre en el texto de inglés o en el problema de matemáticas si tú estás en la habitación de al lado hablando por teléfono a viva voz; ☎️ si tu mujer está cocinando con la radio puesta mientras suena el último hit de Camilo; o si tu marido está planchando mientras ve su novela turca favorita a todo volumen. Así no funcionan las cosas.
Como padre, tienes que intentar crear un ambiente adecuado para que los más peques del hogar cumplan con lo que se les exige y no dificultarles la situación aún más. Pues, aunque no lo creas, ellos también sufren si ven que no son capaces de conseguir su objetivo. Y en este caso, lo pasan mal si no logran concentrarse como cabría esperar.
Pero… ¿Cuánto cabría esperar de mi hijo? 🤔 ¿Cuánto tiempo debería mantener la atención para que se considerase lo “normal” a su edad? 🤷
Buena pregunta.
Lo habitual (porque al fin y al cabo “normal” es todo), es que los niños se concentren una media de dos o tres minutos por año cumplido. Es decir, si tu hijo tiene cinco años, puede llegar a estar atento a una tarea concreta durante unos 10 o 15 minutos antes de necesitar un pequeño descanso. 5 años x 3 minutos = 15 minutos concentrado. ¡Es fácil!
Así, si acaba de cumplir diez años, podrá aguantar hasta unos 20 o 30 minutos. 10 x 3 = 30.
Ahora que sabes esto, y sin que suene a regañina, es importante que analices tus expectativas como padre y veas si estás exigiendo demasiado al peque. Porque quizás estés esperando demasiado de tu hijo y tengas las expectativas demasiado altas. 🆙
Y es que, a veces, el problema lo tenemos los adultos y no tanto los niños.
Ya has analizado tu conducta, mejorado tus errores y has estimado que tu hijo debe descansar cada cierto tiempo. Ahora es el turno de que te contemos cuáles son nuestros consejos para mejorar su concentración. Estrategias avaladas por la ciencia para que los más pequeños consigan mantener su atención y, así, logren ser mucho más productivos.
Estrategias para mejorar la concentración de mi hijo 🆘
Las estrategias básicas para concentrarse están vinculadas a dos aspectos fundamentales: evitar distractores externos (colgar el teléfono, apagar la radio y dejar la serie turca para otro momento); y, por otra parte, contar con un estado mental con un nivel de activación adecuado para poder mantener la focalización en la tarea durante cierto tiempo.
Es para potenciar este segundo aspecto para lo que escribimos este artículo. Y es que está demostrado que cambiando ciertos detalles de su día a día, tu hijo puede alcanzar un estado mental idóneo para mantener su atención el mayor tiempo posible. ¡Toma nota! 📝
👌 La regla 3D 👓
No, no nos referimos a que le pongas una película en tres dimensiones para que, a través de una extraña hipnosis, consiga concentrarse como por arte de magia. La regla 3D es, mejor dicho, la regla de las tres D:
- Descansar
- Divertirse
- Dormir
Tu hijo necesita, entre deberes y estudios, tomarse cierto tiempo de descanso. Según la técnica Pomodoro, que ya explicamos en la cuenta de Instagram de GoStudent, lo ideal es ir trabajando en bloques de media hora. 25 minutos de concentración y 5 de descanso. Sin embargo, esto puede adaptarse a todas las edades y niveles; siempre y cuando se respeten los pequeños breaks.
Además de descansar, los niños también necesitan divertirse. De nada vale que se pasen la tarde pegados al flexo 💡 si no pueden echarse unas risas o salir a jugar un rato. Como padre, debes enseñarle a gestionar su tiempo y a inculcarle que hay momentos para todo. Al fin de cuentas, si no desconecta con sus hermanos, amigos o juguetes, acabará haciéndolo delante del libro de Ciencias Naturales.
Por último (y no por ello menos importante), es vital que tu hijo duerma, al menos, diez horas si está en infantil o primaria; y un mínimo de ocho horas si se encuentra en la ESO o bachillerato. 🛌 Y es que se ha demostrado que dormir las horas suficientes en la etapa escolar favorece los procesos de atención y memoria. ¡Y eso es justamente lo que queremos mejorar!
👌 Tengo un plan 📅
Es imprescindible que, desde bien pequeño, enseñes a tu hijo la importancia de la organización. Al fin y al cabo, que los niños (y también los adultos) se distraigan y pierdan el tiempo, a veces se debe simple y llanamente a que son conscientes de que pueden terminar el trabajo en tan solo un par de horas pero se han puesto a hacerlo con un margen de tiempo mucho maypr.
¿Acaso no te has visto a ti mismo sentado frente a la pantalla del ordenador toda una mañana sin escribir ni una sola palabra y, cuando te has dado cuenta de que o empezabas ya o no te daba tiempo, has sido rápido y eficaz? Pues lo mismo ocurre con los más pequeños.
Dale una agenda, insístele en que escriba a diario todas las cosas que tiene que hacer y anímale a tachar aquellas que ya ha terminado. Así irá descubriendo cuánto tarda en hacer cada tarea y podrá establecer un plan ajustado de cada día.
👌 Me rugen las tripas 🥘
Jamás de los jamases conseguirás que tu hijo se concentre si tiene hambre. Con el estómago vacío no se puede pensar con claridad y es por ello por lo que te recomendamos que no obligues a tu hijo a hacer los deberes a horas en las que normalmente está acostumbrado a comer.
Intenta que haga los ejercicios de Lengua justo después del almuerzo o que se siente a estudiar Historia tras la merienda. Así conseguirás que su atención se centre en el contenido de los apuntes y no tanto en el de la nevera.
Es también recomendable que, mientras está inmerso en la tarea, le lleves un puñado de frutos secos, 🥜 un poco de fruta 🍓 o un vasito de agua. 💦 ¡Seguro que te lo agradece enormemente! Eso sí, mejor deja a un lado ciertos snacks como los refrescos carbonatados, las bebidas altas en cafeína (por mucho que nos las quieran vender como beneficiosas) o los dulces con excesivo azúcar. ¡Son malísimos para el cerebro!
👌 Échale un ojo 👀
Lo mejor, sin lugar a dudas, es que prestes atención a tu hijo y veas cuáles son los motivos de su falta de concentración. ¿No se centra en la lectura obligatoria porque hay algo que le preocupa? ¿Le cuesta mantener la atención porque está pensando en otra cosa? Pregúntale, háblalo con él e intenta descubrir el porqué. Seguro que se abre con su padre o su madre y juntos lográis encontrar la raíz del problema.
Si no, siempre tienes la posibilidad de buscar la ayuda de profesores cualificados y que estos echen una mano a tu hijo para que logre aumentar su concentración (y también su motivación). Algo en lo que los tutores de GoStudent son más que expertos. Es por ello por lo que queremos animar a tu hijo a que pruebe una de nuestras clases online. Nos encantaría que disfrutara de una prueba de manera totalmente gratuita y que descubriese que concentrarse no es nada difícil si se sabe cómo. ¡Le daremos las claves para conseguirlo! 💪
Sobre Miguel
Miguel es un apasionado de las lenguas, el periodismo y las nuevas tecnologías. Graduado en Traducción e Interpretación por la Universidad de Granada, trabajó como profesor de inglés durante varios años en España y China para más tarde especializarse en periodismo y dedicar su carrera profesional a escribir para varios medios, tanto nacionales como internacionales. Su formación y experiencia le han llevado a centrarse en ámbitos como la educación, la localización o el aprendizaje de idiomas. Por lo que busca, a través de sus vivencias, ayudar y animar a otros a conseguir sus objetivos.