Capítulos:
- ¿Qué es el capacitismo?
- Todos somos un poco capacitistas: ¿Cómo mejorar?
- 30 palabras y frases capacitistas que deberías dejar de usar
No es nada nuevo decir que el lenguaje es permeable a las ideologías. De ahí que haya palabras y expresiones de índole sexista, racista, homófoba, clasista, etc. que utilizamos a menudo sin darnos cuenta de la carga ideológica que conllevan.
El capacitismo no es una excepción y, en este artículo, vamos a ver en qué consiste, cómo nos influencia y cómo podemos mejorar la situación a través del uso de la lengua.
¿Qué es el capacitismo?
¿Pero el capacitismo qué es? Pues consiste en la discriminación y prejuicio contra las personas que tienen alguna discapacidad. Se basa en una única forma de entender el cuerpo humano y sus habilidades, y todo lo que se desvíe de la “norma” es considerado un “error”. ❌
Desde este punto de vista, hay capacidades que se consideran más valiosas que otras y no poseerlas relega a esa persona a una condición de inferioridad. El capacitismo no ve la discapacidad como una manifestación más de la diversidad humana, como el género, la raza o la orientación sexual.
Al considerarla una desviación de la “norma”, el capacitismo promueve que son estas personas las que deben adaptarse al sistema normativo y no al contrario.
Hay estudios que están investigando hasta qué punto la influencia del capacitismo supone una barrera para la deficiente implantación en nuestro país de la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, aprobada por la ONU en 2006.
Todos somos un poco capacitistas: ¿Cómo mejorar?
El capacitismo está muy presente y arraigado en nuestra sociedad; aunque no siempre sepamos verlo, forma parte de nuestro día a día, al igual que otras ideologías discriminatorias como el racismo, el sexismo o la homofobia.
No hace falta más que echar un vistazo a nuestro alrededor y ver cómo están configurados los espacios urbanos en nuestras ciudades, y cómo de excluyente es el acceso a determinados edificios y medios de transporte.
Pero igualmente capacitista es subestimar las habilidades de una persona con diversidad funcional, negarle el acceso a un puesto de trabajo debido a este motivo o considerar que un adulto con discapacidad sigue siendo un niño. 🧒
Y el que esté libre de culpa, que levante la mano, porque todos, en mayor o menor medida, hemos sido capacitistas en algún momento. Al tratarse de un mecanismo inconsciente, lo que debemos hacer es tomar conciencia de ese tipo de actitudes e intentar cambiarlas.
Aquí van algunos consejos que te pueden ayudar en este sentido:
- Si hay personas con diversidad funcional en tu círculo o tu comunidad, promueve su inclusión y participación.
- Respeta su autonomía. Nunca subestimes sus habilidades.
- No presupongas nada. Si quieres ayudar a una persona con discapacidad, escúchala primero para saber qué tipo de ayuda necesita.
- Haz lo posible por eliminar barreras y mejorar la accesibilidad en tu comunidad.
- Trata de utilizar un lenguaje no discriminatorio.
30 palabras y frases capacitistas que deberías dejar de usar
El capacitismo también se manifiesta en el lenguaje, como cualquier otra ideología. Y esto no es inofensivo porque las palabras son poderosas y tienen la capacidad de moldear nuestro pensamiento.
El lenguaje capacitista consiste en utilizar palabras que devalúan y degradan a las personas con diversidad funcional para referirnos a ellas: minusválido, deficiente, disminuido, inválido, etc. Pero también es capacitista utilizar como insulto palabras asociadas a la discapacidad, algo que todos hacemos en algún momento.
Hasta hace no mucho tiempo, tener una discapacidad (física o psíquica) era motivo de vergüenza y desgracia para la familia tradicional. A menudo estas personas eran objeto de burlas en su entorno. Y esa percepción peyorativa ha dejado sus marcas en la lengua.
Dejar de utilizar algunas palabras o expresiones que son discriminatorias y ofensivas para este colectivo es una forma sencilla de empezar a invertir las tendencias capacitistas de nuestra sociedad.
Aquí tienes una lista de palabras y frases que al utilizarlas como insulto o chiste refuerzan la idea de que las persona que tienen algún tipo de discapacidad son inferiores:
- Retrasado
- Mongólico
- Tullido
- Loco
- Estás para que te encierren
- Bobo
- Idiota
- Lunático
- Maníaco
- Psicópata
- Subnormal
- Demente
- Lisiado
- Autista
- Bipolar
- Enfermo mental
- Sordo
- Ciego
- Mudo
- Cojo
- Enano
También es importante cambiar las expresiones que utilizamos para referirnos a la circunstancia de estas personas. Por ejemplo, una persona no “es discapacitada”, sino que “tiene una discapacidad”. Su condición no la define.
Del mismo modo deberíamos evitar decir que alguien “sufre” una discapacidad. O, en un ejemplo más concreto, que una persona está “confinada a una silla de ruedas”. Esta es solo su forma de desplazarse.
Y son igualmente discriminatorios los eufemismos que, con frecuencia, se utilizan para hacer referencia a las personas con discapacidad: “capacidades especiales”, “capacidades diferentes”, etc.
La discapacidad no es otra cosa que una manifestación más de la diversidad humana. Y si empezamos a cambiar las palabras y expresiones que la perciben como algo malo y peyorativo, estamos dando un gran paso adelante 🏃♀️ para normalizarla.